Conóceme un poco mas...!
Mi nombre es Alberto Fayos.
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Durante mi paso por la compañía Hewlett Packard Enterprise (HP) como Analista en uno de los proyectos de redes mas grande a nivel mundial entre el año 2016 y el 2020 en la Isla de Puerto Rico, despertó en mi el interés por Bitcoin, Blockchain y las Criptomonedas, desde entonces, no he dejado de formarme y profesionalizarme desde 2019 en finanzas descentralizadas (DeFi)
Comencé mi formación en criptomonedas de forma autodidacta durante el año 2018 y en 2021 realicé un Master en Blockchain con Tutellus.com
Desde mi perspectiva y experiencia, he podido observar cómo la industria ha revolucionado de manera disruptiva el sector de las inversiones, como las finanzas descentralizadas (DeFi), proyectos de tokenización de activos y empresas, NFT Gamming y todo lo que tenemos por delante por desarrollar.
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Actualmente, me he profesionalizado dentro del sector DeFi, analizando y diseñando estrategias sobre protocolos descentralizados basados en Smart Contracts que corren por distintas Blockchain.
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¿Cómo son mis consultorías?
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Nos conectaremos por zoom o por cualquier otra vía de "extreeming" compartiremos pantalla, y tendremos una charla para evaluar cual es tu nivel de conocimiento en criptomonedas para evaluar tu caso y adaptar el programa de forma individualizada.
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Te explicaré como funciona la tecnología blockchain y como funcionan los protocolos que utilizo, dándote a conocer mi método y estrategia de inversión
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Te unirás a mi canal privado de Telegram, donde compartimos información sobre proyectos e intercambiamos nuestros resultados sobre estrategias y proyectos cripto.
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Fuera de las horas contratadas estaremos en contacto por Telegram para cualquier duda, incluso habiendo terminado las consultorías, mi acompañamiento lo tendrás igual.
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Una vez conozcas el ecosistema, y tengas las herramientas y los conocimientos,
se abrirá un mundo en el que podrás llevar tus inversiones al siguiente nivel.
¿Qué es DeFi?
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DeFi es la abreviatura de "Decentralized Finances", en español, finanzas descentralizadas.
Se trata de un término para definir servicios financieros que se crean y mantienen en una blockchain descentralizada y distribuida que se opera sobre smart contracts.
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Estas herramientas financieras se basan principalmente en protocolos open source o código abierto, fuera del control de empresas y gobiernos. Su objetivo es crear un sistema financiero abierto a todos con la finalidad de minimizar la necesidad de confiar en autoridades centrales.
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DeFi le debe su existencia a Internet, a la criptografía y a Blockchain, que son quienes aportan las herramientas necesarias para construir y controlar un sistema financiero descentralizado.
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Hay un dicho en el espacio de blockchain: «No confíes, verifica». Y es algo que realmente la tecnología blockchain permite.
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Cada usuario puede verificar cada una de las transacciones de una blockchain.
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Todo empezó con Bitcoin y Ethereum
Bitcoin y Ethereum son las aplicaciones que le dieron origen. No obstante, gran parte de las aplicaciones DeFi se basan en la blockchain de Ethereum.
Esto se debe a que Ethereum fue creada como una blockchain programable y diseñada para poder construir y ejecutar aplicaciones en ella.
Sus funcionalidades han hecho que sea la blockchain programable más popular del mundo hasta hoy.
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Como es usual en las blockchain, en Ethereum no hay una autoridad central. En su lugar los propios participantes de la red son los que controlan la emisión del token nativo de la red, ETHER (ETH), de forma descentralizada.
Puntos a favor
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Las finanzas descentralizadas tienen ventajas importantes frente a las tradicionales. DeFi es capaz de ofrecer un sistema financiero más resistente y transparente. Una simple conexión a internet permite que cualquiera pueda acceder a los smart contracts construidos en la blockchain de Ethereum.
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DeFi ha sido capaz de separar el dinero de la política. Las monedas virtuales son reguladas por las matemáticas, los propios usuarios las gestionan globalmente y se basan en Internet. No dan pie a la manipulación de los distintos gobiernos.
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La manipulación del dinero
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El sistema financiero tradicional a nivel mundial se ha centrado hasta ahora en controlar la emisión monetaria. Las instituciones bancarias y otros intermediarios financieros son lo que realizan la administración de estos activos.
Por realizar estas labores reciben una compensación económica. Los usuarios que ceden su dinero al control de estas entidades obtienen la promesa de un resguardo efectivo y acceso conveniente a sus fondos.
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Este sistema ha demostrado en distintas ocasiones no ser del todo adecuado. Con los años hemos pasado por varias crisis financieras mundiales, la más reciente es la que se inició en 2007- 2008 y que hasta hoy, 2021, muestra secuelas. Este conjunto de sucesos en el tiempo han demostrado que cuando pocos tienen el control, la estabilidad de todo el sistema se ve amenazada por el riesgo de sus acciones.
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Desafortunadamente, los sistemas descentralizados aún dependen del sistema político-económico tradicional. Parece que esta situación se mantendrá hasta que las criptomonedas se adopten de forma masiva.
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Puede decirse que el año en que las DeFi realmente han despegado es 2019, a pesar del corto tiempo, podemos encontrar muchos proyectos diferentes de DeFi y distintas Blockchain donde operar, como Polkadot, Solana, Binance Smart Chain, Polygon, Terra eltc...
Que tipo de protocolos podemos encontrar en el ecosistema DeFi?
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Prestamos
Estos proyectos le permiten a cualquier persona pedir un préstamo de forma instantánea en cualquier parte del mundo. De esta forma evita la larga espera y los altos costes vinculados a las soluciones financieras tradicionales. Con DeFi podría simplemente depositar la criptomoneda en un smart contract de la plataforma utilizada y recibiría un préstamo en criptomonedas y darle el uso que desee.
Estas plataformas pueden ser utilizadas para conseguir préstamos siempre que dispongamos de tokens apropiados para prestar o usar como garantía. Estos préstamos pueden ser utilizados para desarrollar estrategias DeFi con las cuales conseguir beneficios superiores al interés impuesto ganando el margen que exceda a la cantidad a devolver.
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Plataformas de trading de criptomonedas descentralizados (DEX)
Estas plataformas de intercambio descentralizado o DEX son una alternativa a las plataformas de intercambio centralizadas o Exchanges.
En estas plataformas no se debe confiar en un tercero para que custodie nuestro dinero y para ejecutar nuestras operaciones financieras. Los DEX eliminan la administración de los fondos de los usuarios mediante smart contracts. Un usuario no pierde el control sobre sus activos, al contrario, siempre lo mantiene. No hay intermediarios y son los propios smart contracts los que realizan las operaciones entre compradores y vendedores.
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Mercados abiertos
Los Mercados abiertos son otro tipo de plataformas de intercambio descentralizado en que pueden intercambiarse bienes y servicios de forma descentralizada. De la misma forma que con los DEX, esta plataforma también funciona con smart contracts.
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Plataformas de emisión
Estas plataformas descentralizan soluciones financieras como la emisión o creación de valores que generalmente tienen que pasar por manos de banqueros. Estas plataformas hacen que las empresas puedan prescindir de servicios banqueros, de abogados, etc. disminuyendo sus costes.
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Organizaciones autónomas descentralizadas (DAO)
Este tipo de proyecto DeFi, conocido como una especie de fondo de capital de riesgo descentralizado. Este tipo de plataformas permiten crear organizaciones con reglas y transacciones que quedan registradas en la blockchain. Dejamos de lado la administración en nuestra sociedad y en su lugar, todas las reglas son codificadas y ejecutadas automáticamente por smart contracts.
Con este tipo de administración podemos estar despreocupados, es posible programar las necesidades financieras para que vayan haciéndose según necesidad. Por ejemplo, podríamos programar que el 10% de las ganancias mensuales se destinasen a reservas de la compañía.
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Fideicomiso descentralizado
Hay empresas que aprovechan las herramientas de la tecnología descentralizada para proporcionar servicios de custodia, no obstante, los fondos de los usuarios no son retenidos, como sucede con los centralizados.
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Conclusión
DeFi al final son un conjunto de herramientas que buscan devolvernos el control sobre nuestras finanzas.
El ecosistema cripto es muy amplio, cuenta con un número creciente de participantes y con más servicios y productos apareciendo. No obstante, por ser algo relativamente nuevo y muy popular, hay quienes intentarán aprovecharse de aquellos que están dando sus primeros pasos en este revolucionario espacio.
Por lo que no se confíen al adentrarse, realice su propia investigación y comprendan los productos DeFi que se les están ofreciendo antes de dar cualquier paso. Una buena formación es crucial para saber identificar las mejores oportunidades.
¿Qué es Bitcoin?
Bitcoin es tanto una moneda como un sistema digital. Como moneda puede servir para todo lo que cualquier moneda sirve, pero en lugar de tener un ente gubernamental como un banco central que lo emita y lo respalde, se basa por completo en el sistema digital que fue ideado por su creador, Satoshi Nakamoto, quien lo difundió con su libro blanco (whitepaper) en un foro especializado del Internet.
Como consecuencia, una de las características más resaltantes de Bitcoin es que no le pertenece a ningún país o gobierno; y dado que su creador es anónimo y decidió que su invento fuera de licencia libre, tampoco le pertenece a ningún individuo o compañía privada. Quienes mantienen en funcionamiento su plataforma son los propios usuarios.
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Bitcoin es una moneda: tal como lo es el dólar, el euro, o cualquier otra moneda .
Lo que marca la diferencia con las llamadas monedas emitidas y respaldadas por un banco central, es que no existe de forma física. Se trata de una moneda digital que solo existe dentro de la blockchain y gracias a un sofisticado proceso de verificación de transacciones, llamado algoritmo de consenso, no puede gastarse dos veces. Cada bitcoin o porción de él es único, cada transacción se registra públicamente y de forma anónima mediante bloques que dan lugar a un gran “libro” contable, descentralizado.
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Los usuarios pueden manejar sus fondos con billeteras digitales, estas tienen una llave pública (equivalente a lo que conocemos como un número de cuenta bancaria) y una llave privada (equivalente a la contraseña de la cuenta bancaria). Con ambas es posible realizar transacciones financieras desde cualquier lugar del mundo y en todo momento, es posible intercambiarla por dinero local, para lo que existen casas de cambio o Exchanges como Binance.
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Bitcoin tiene un gran valor, hablamos de la primera blockchain existente. La tecnología de contabilidad descentralizada y distribuida es una base de datos encriptada donde puede almacenarse cualquier información, desde cada bitcoin gastado hasta programas informáticos como los contratos inteligentes.
Su valor reside en que cada dato registrado y protegido con un poderoso sistema criptográfico se marca con una huella digital única que lo hace irrepetible e inmutable.
Bitcoin es descentralizado: la revolución que trae bitcoin con respecto a las monedas y métodos de pago ya existentes es que elimina la necesidad de confianza en entes centrales para poder sustentar la economía. Ahora mismo, el dinero es controlado por los gobiernos y bancos centrales, ellos son los encargados de emitirlo, distribuirlo, regularlo y asegurar que una transacción entre dos desconocidos no resulte en un fraude. Ellos, como intermediarios, son necesarios para validar el proceso económico.
Bitcoin, en cambio, confía en su propio código para brindar esta confianza. La blockchain es un sistema criptográfico que permite almacenar y transferir valor entre dos o más personas directamente, todo queda registrado en la blockchain, donde cualquiera puede ver que los fondos y si realmente se movieron de una dirección a otra.
De esta forma, se elimina el estricto control de los bancos, que pueden llegar incluso a congelar las cuentas de sus clientes, y las altas comisiones que cobran, ya que Bitcoin fue diseñado para cobrar una ínfima o nula comisión.
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¿Cómo funciona Bitcoin?
Para el usuario promedio, el funcionamiento de Bitcoin es muy sencillo. Sólo se administran los bitcoins en una cartera digital, que es una aplicación móvil o de escritorio que puede descargarse sin costo alguno, y desde allí se realizan las transacciones, pagando una comisión que puede variar según la congestión de la red, el tamaño de la transacción y la urgencia del usuario. Lo más común es esperar unos 10 minutos para recibir entre 3 y 6 confirmaciones que validen la transacción.
¿Qué es una cadena de bloques (blockchain)?
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Podemos decir así que una blockchain (en español, cadena de bloques) es un libro de cuentas digital sobre lo que sucede en una red de intercambio de valor. Se construye con matemática avanzada y puede ser pública o privada.
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Como analogía didáctica, podemos decir que una blockchain (cadena de bloques) es como el gran libro donde se anotan todas y cada una de las transacciones con cierta criptomoneda, incluyendo cantidades y fechas exactas. Aunque esas transacciones también pueden utilizarse para representar otras cosas dentro de la cadena y validar su autenticidad: documentos, contratos inteligentes o mensajes de casi cualquier tipo.
La tinta con la que se escribe ese libro se llama criptografía, así que todos los mensajes allí dentro están cifrados para asegurar su autenticidad y proteger los datos de ojos indiscretos.
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Para lograr eso último de forma distribuida, una blockchain debe poseer múltiples copias. Es más, miles de copias (o más) exactamente iguales en manos de diversos usuarios de esa misma criptomoneda o plataforma alrededor del mundo.
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Mediante normas establecidas para el consenso general, cada uno de los poseedores de esa copia (los nodos) se pone de acuerdo con los demás para añadir nuevas transacciones o datos, de modo que todos consideren que son válidos y los datos del libro continúen siendo uniformes en todas sus versiones.
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Se le llama “cadena de bloques” porque las hojas de este libro son en realidad “bloques” de información encadenados secuencialmente unos con otros desde el principio hasta el final. Lo que los entrelaza es la criptografía (matemática), y este mismo sistema busca que los datos sean inmutables, sí así lo decide la red que controla. O sea, que no se puedan cambiar fácilmente después.
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Si nos ponemos un poco más técnicos, una blockchain es una base de datos digital construida con criptografía. En términos específicos, una blockchain está construida por archivos digitales de cierto tamaño que se van apilando unos sobre otros. Así, por ejemplo, la blockchain de Bitcoin son archivos de tipo bkl.dat, nunca mayores a 128 MB y “traducidos” a binario, aunque los datos se construyen con criptografía.
Código Binario con fondo negro. Fuente: Jae Rue/pixabay.com
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Las criptomonedas pueden tener blockchain propia o usar la de otra plataforma, pero deben registrar en alguna todas sus transacciones para poder funcionar de manera legítima.
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Esa blockchain puede volverse “descentralizada” gracias a una red de nodos (ordenadores) distribuida (por distintos sitios) y un algoritmo de consenso para validar los datos, así como criptografía de llave pública para abrir nuevas “cuentas” o, mejor dicho, carteras.
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Asimismo, podemos recordar que existen dos tipos fundamentales de blockchain: privada (permissioned) y pública (permissionless). También podemos llamarlas con permisos y sin permisos. Las primeras son desarrolladas por entidades generalmente privadas, en muchos casos para uso interno, y los usuarios de estas necesitan permisos por parte de los administradores de la red para interactuar con el protocolo.
Este es el tipo de blockchain que están probando los bancos: son centralizadas, es decir, controladas por la entidad y no por los usuarios.
En las segundas, por el contrario, no hay restricciones para poder realizar transacciones, crear nuevos bloques y utilizar cualquiera de sus funcionalidades, de modo que se ofrecen monedas o activos digitales nativos de la red como recompensa a los usuarios que quieran mantenerla.
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Aplicaciones de las blockchains
Siendo esta una tecnología joven, seguramente aún no se han descubierto o desarrollado lo suficiente todas sus aplicaciones posibles. Sin embargo, hay un cierto número de usos que son bastante recurrentes.
Criptomonedas: su función principal en este campo es registrar los valores transferidos entre individuos y validados por los nodos y mineros, usualmente de forma inalterable. Muchas criptomonedas han desarrollado su propia blockchain (libro contable criptográfico), otras, en cambio, prefieren confiar en la ya madura estructura de Bitcoin o Ethereum y se construyen en base a su plataforma.
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Sistemas de pago: muchas redes asociadas a blockchain poseen cualidades como distribución instantánea de los datos, seguridad y, además, la privacidad que se ofrece a los usuarios a la hora de realizar transacciones. Por ello muchas empresas, en su mayoría bancos e instituciones financieras, han tomado este tipo de libro contable para construir sus propias plataformas que permitan una verificación más rápida y una mayor transparencia entre las partes. Buen ejemplo de ello es Ripple, que incluso ofrece sus servicios a distintas empresas.
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Registro de documentos: una blockchain es un gran registro al que muchas partes pueden acceder desde cualquier lugar del mundo. Y no solo puede registrar dinero, sino virtualmente cualquier cosa que pueda representarse con una transacción.
Por esto ya está siendo usada para registrar y verificar la autenticidad de toda clase de documentos, desde títulos universitarios y actas matrimoniales hasta historiales médicos, área que por cierto ha tenido mucha atención, pues permitiría unir en una sola plataforma a hospitales, aseguradoras y prestamistas, lo que aceleraría exponencialmente el proceso sanitario. Toda una conferencia sobre la blockchain en la salud ya fue llevada a cabo.
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Cadena de suministro: saber exactamente de dónde provienen las cosas es siempre un problema, pero un registro como el que proporciona una blockchain es capaz de volver mucho más fácil el asunto. Con esta tecnología es posible marcar casi cualquier objeto con una huella digital única que seguirá todo su ciclo de vida desde el principio. Gracias a esta cualidad, resulta perfecta para su uso en la compleja cadena de suministro, algo que ya ha probado Provenance al implementar esta estructura para evitar la pesca ilegal, o Walmart, que la utiliza para asegurar la inocuidad de los alimentos. En la misma línea también está la gigante IBM, que está trabajando (entre otras muchas cosas) para resolver el problema de la última milla.
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¿Qué son los Smart Contracts?
Con cada vez más frecuencia escuchamos ese concepto: contratos inteligentes (smart contracts). La definición más simple al respecto es que se tratan de contratos que tienen la capacidad de cumplirse de forma automática una vez que las partes han acordado los términos. Pero seguramente tienes en mente el clásico papel firmado, así que, ¿Cómo es posible que un contrato se pueda hacer cumplir a sí mismo? Pues bien, lo cierto es que los contratos inteligentes son un poco distintos a los contratos en papel.
Ambos son acuerdos en los que dos o más involucrados se comprometen a cumplir una serie de condiciones, y sus elementos fundamentales son los mismos: el consentimiento voluntario de todas las partes, el objeto del contrato (bien o servicio), y una causa justa, verdadera y lícita. Ahora bien, ambos difieren en tres factores: el modo de escritura, su implicación legal y el modo de cumplimiento.
Los contratos en papel son escritos en lenguaje natural. Es decir, basta con redactar las condiciones y términos en el idioma implicado. Si todas las partes están de acuerdo, firman para asegurar su promesa, lo cual nos lleva a su implicación legal, un contrato en papel tiene costes. Según la jurisdicción donde se encuentren los involucrados, o bajo la que quieran llevar a cabo el contrato, es muy probable que tengan que cumplir con ciertos requisitos, como recurrir a una notaría. Por otro lado, su modo de cumplimiento está sujeto a la interpretación de las partes, que puede llegar a favorecer a una más que a la otra.
Los contratos inteligentes, en cambio, son programas informáticos. No están escritos en lenguaje natural, sino en código virtual. Son un tipo de software que se programa, como cualquier otro software, para llevar a cabo una tarea o serie de tareas determinadas de acuerdo a las instrucciones previamente introducidas. Su cumplimiento, por tanto, no está sujeto a la interpretación de ninguna de las partes: si el evento A sucede, entonces la consecuencia B se pondrá en marcha de forma automática.
No se requiere de ningún intermediario de confianza (como una notaría), pues este papel lo adopta el código informático, que asegurará sin dudas el cumplimiento de las condiciones. Por tanto, se reducen tiempo y costes significativos.
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Smart Contract y Oráculos
Digamos que María quiere comprar la casa de Pedro a crédito, pagando cierta cantidad de cuotas mensuales. Entonces Pedro y ella utilizan alguna plataforma de contratos inteligentes como Ethereum para programar el contrato con los términos establecidos, entre ellos, que María pagará X cantidad antes de cierta fecha cada mes, o de lo contrario la cerradura de la puerta de la casa se bloqueará, y que Pedro cederá irrevocablemente el título de propiedad registrado en la cadena de bloques a María cuando la cantidad acordada se alcance. Entonces el contrato inteligente actuará, sin necesidad de intermediarios, y llevará a cabo justamente esas instrucciones, al pie de la letra, sin que María ni Pedro puedan intervenir.
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Ahora bien, pongamos otro ejemplo donde se requiere más información externa, como una apuesta deportiva. Digamos que María quiere apostar X bitcoin al equipo A, y Pedro quiere apostar la misma cantidad al equipo B. Depositan los fondos en un contrato inteligente para asegurarse de que, tras el resultado, el ganador realmente se quede con ellos. Pero, ¿quién le dice al contrato cuál de los equipos ganó?
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La respuesta es el oráculo (oracle). Estas son herramientas informáticas que permiten actualizar el estado de los contratos inteligentes con información del exterior, como los precios de las divisas, la cotización de las acciones o si ganó el equipo A o el B. Aunque, por supuesto, la fuente de ese oráculo sigue siendo una tercera parte, un intermediario fuera de la blockchain y fuera del contrato y por tanto sujeto a la confianza. Este es un problema a resolver, pues precisamente lo que se quiere eliminar con los smarts contracts y la blockchain es la necesidad de confianza. Sin embargo, ya existen opciones para ello: algunos proyectos, como Oraclize, comparan la información de todas las fuentes que se les indique para determinar su validez.
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Pongamos un último ejemplo. Imaginemos que Pedro y María quieren ahorrar mediante pagos mensuales cierta cantidad en un plazo determinado y gastarla en un producto o servicio común. El contrato entonces bloqueará esos fondos hasta alcanzar esa cantidad, pero en ese momento, ¿qué asegura que María o Pedro no la retiren por su cuenta? Esta vez la respuesta no es el oráculo, sino la función multifirma. Esta permite configurar el contrato para que todas las partes tengan el deber de aprobar una transacción. De este modo, una sola de ellas no puede disponer de los fondos.
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En conclusión a esto, así funciona un contrato inteligente: las partes configuran los términos del contrato, este se almacena en una dirección específica de la blockchain, el evento contemplado en él ocurre (una transacción o información recibida) y la consecuencia anteriormente establecida se lleva a cabo.
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